La intolerancia a la lactosa es la incapacidad para digerir bien la lactosa, el azúcar natural de la leche. Se debe a la falta de una enzima del intestino llamada lactasa. La lactosa no digerida es fermentada por la flora intestinal, produciendo gas y sustancias que vuelven las heces más ácidas y líquidas.

No hay que confundirla con la alergia a las proteínas de la leche de vaca, en la que el mecanismo y el componente de la leche implicados son diferentes.

Hay que tener muy claro lo siguiente:

  • La intolerancia a la lactosa es más común de lo que se cree.
  • Suele causar molestias intestinales: gases, retortijones, nauseas, vómitos, diarrea, escozor del ano.
  • Se resuelve al quitar los lácteos no fermentados de la dieta.
  • Se pueden tomar productos lácteos sin lactosa: leche sin lactosa, bebida de soja o de arroz.
  • Se toleran mejor el queso (cuanto más curado mejor) y el yogurt.
  • Se pueden tomar gotas o pastillas de lactasa (se venden sin receta)
  • Aunque se tome poca leche o derivados, podemos obtener calcio de otros alimentos muy variados.

Información fiable y de calidad puedes encontrarla en la página de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria y en este vídeo de MamiTown.

Especialmente recomendable es la página de la Asociación de intolerantes a la lactosa de España (ADILAC). Noticias de actualidad, un buscador de alimentos, recetas, foros…, todo lo que una persona con intolerancia a la lactosa debe de saber. Imprescindible.

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