Introducción:  La incorporación de simuladores de alta fidelidad en la enseñanza de la enfermería constituye una práctica educativa que tiende a extenderse en razón de constituir un entorno educativo favorable para el desarrollo de habilidades en los alumnos y paralelamente aportar condiciones éticas de mayor seguridad en el paciente.

Desarrollo: La incorporación de estas tecnologías ofrece nuevas posibilidades educativas en la formación de enfermería, pero es preciso revisar las bases teóricas que conforman un modelo pedagógico, así como esclarecer los nuevos roles que adquieren docentes y alumnos en estos nuevos escenarios de enseñanza aprendizaje. La consideración del concepto de aprendizaje experiencial de John Dewey, así como de zona de desarrollo próximo del constructivismo sociocultural de Vygotsky, aportan elementos sugerentes para la construcción de un modelo pedagógico. Estas consideraciones teóricas demandan el desarrollo de nuevas competencias en el docente, como son el diseño de escenarios de enseñanza aprendizaje, su adecuada ejecución y su evaluación, bajo una concepción de aprendizaje que pone en el centro la actividad del alumno. Experiencias educativas que han empleado simuladores de alta fidelidad reportan que si bien en todos los casos se incrementa la habilidad y la seguridad del alumno, pueden resultar poco estimulantes por su falta de realismo.

Conclusiones: El uso de simuladores no debe centrarse solamente en la ejercitación de procedimientos manuales, sino generar paralelamente un entorno de aprendizaje en el que se integren el desarrollo de otras habilidades como la comunicación, reflexión, pensamiento crítico, toma de decisiones y la consideración del paciente como un ente humano complejo.

Autoría: I. Piña-Jiménez, R. Amador-Aguilar

Publicado en Enfermería Universitaria vol 12, num 3, 2015

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