La seguridad del paciente constituye una dimensión clave, esencial y transversal de la calidad asistencial, al tiempo que un grave problema mundial de salud pública de importantes repercusiones, tal como establece la propia OMS..

Desde 2006, la sanidad pública andaluza viene implementando políticas de seguridad del paciente de forma estratégica o planificada, dirigidas a disminuir la incidencia de estos daños en el marco de una atención de calidad. Esta nueva iniciativa apuesta por la máxima seguridad, profundizando en prácticas ya instau­radas y emprendiendo líneas renovadoras, para contribuir, de manera directa o indirecta, a desplegar sistemas operativos, avanzar en estructuras y desarrollar procesos y procedimientos que minimicen los riesgos con la implicación y responsabilidad de todos los profesionales y el protagonismo de los pacientes en su propia seguridad, como actores principales.

Esta Estrategia incide en el avance de la seguridad en la organización, centrándose en el compromiso y el liderazgo, en el aprendizaje y en la mejora continua; profundiza en la gestión de riesgos en los centros asistenciales, de manera proactiva y reactiva, y con la puesta en mar­cha de sistemas organizativos estables y de notificación de riesgos e incidentes; junto a ello, impulsa la atención a la primera, segunda y tercera víctima de eventos adversos, elevando la humanización en la respuesta tanto a los pacientes como a los profesionales. Igualmente se focaliza en el impacto que tiene sobre la seguridad del paciente determinadas situaciones de vulnerabilidad, estableciendo además objetivos específicos para sus pobla­ciones, y un análisis del riesgo específico que posee cada escenario asistencial, entre otros aspectos. También pone el énfasis en el papel que juegan las tecnologías de la información sanitaria como aliadas de peso a la hora de ofrecer una atención más segura.

La nueva estrategia establece la necesidad de realizar un especial esfuerzo para lograr una creciente implicación de los pacientes en su propia seguridad, aumentando su grado de conciencia y formación, apostando por la transparencia, y estimulando la partici­pación activa de la ciudadanía, tanto en la seguridad que afecta a sus procesos asistenciales como en el diseño de políticas públicas de seguridad del paciente. Finalmente, concede un importante impulso a la generación de conocimiento en este ámbito, a través de la formación, la difusión de buenas prácticas o el impulso de la investigación e innovación en seguridad. Todo ello con el propósito de potenciar la cultura de Seguridad del Paciente en el Sistema Sanitario Público de Andalucía.

Puedes descargar la estrategia a través de la web de la Consejería de Salud y Familias disponible en este enlace.

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